13 de septiembre de 2011

You had my heart inside of your hand...

Son estos los momentos en los que no dudo para nada de la gran fuerza que tiene el amor. No porque estoy enamorado o porque estoy pasando un buen momento, más bien por lo mucho que puedo llegar a sufrir por alguien a quien amo. Lo que sucede es que aunque el corazón no se entiende por razones, a veces saber el por qué de algo le sirve de guía para doler solo por algún problema aislado y además de paso, la mente se distrae buscando una solución. Peo cuándo no sabes cuál es el problema y repentinamente una persona que amás más que a tu vida (una amiga de esas pocas que te llegan al alma) parece odiarte sin motivación aparente, entonces es cuando el dolor se vuelve una tortura. Y es realmente insoportable. Amar es hermoso, pero se puede sufrir tanto... Hasta el punto de que el corazón se cansa y preferiría dejar de latir que seguir así de enfermo. ¿Lo soportará esta ves? Lo único que te pido Debora es que no te tardes demasiado, comunicame que hacer así tomo una decisión de una vez. Duele mucho.

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